Siempre tenemos que adecuar el cultivo a cada momento, especialmente atendiendo al clima, considerando que cuando alcanzamos ciertos extremos el cuidado de nuestros bonsais se puede complicar.

Un caso de extremo climático fue el pasado verano de 2003 en España y en muchos lugares del Hemisferio Norte. Las temperaturas alcanzaron máximos históricos y, además, se complicaron con mínimos descensos de temperatura durante las noches y una sequedad constante en el ambiente.

Con este panorama, la mayor preocupación se centra en el riego. Hubo días en los que la tierra tardaba muy poco tiempo en secarse, especialmente en aquellos árboles situados a pleno sol, lo que obligaba a regar hasta 5 ó 6 veces al día!!

Esto podría ser un ejemplo de lo imprescindible que es aprender a observar nuestros bonsais, ya que son ellos los que mejor nos indican sus necesidades en todo momento. Tenemos que evitar actuar de manera mecánica y desterrar ideas tales como: es invierno y riego una vez al día; es verano y riego 3 veces al día; etc. Regar de esta forma puede llevarnos a cometer graves errores e impedir el desarrollo óptimo y equilibrado de nuestros bonsais.

Conocer las necesidades de nuestro bonsai es cuestión de paciencia y observación. Aprender a observarlo diariamente y sacar conclusiones de nuestra propia experiencia, encaminándonos a un cultivo ideal propio se consigue teniendo en cuenta:

• el tipo de tierra y su correcto drenaje,
• el riego adecuado,
• situación del árbol,
• abono,
• ventilación, etc.

Por último, hay que tratar de racionalizar con lógica algunos consejos que nos dan en las tiendas que no son centros especializados o no están atendidos por profesionales dedicados al bonsai y sobre todo dirigirse a los profesionales, asociaciones, etc. en caso de duda y al primer síntoma de que algo no marcha bien.

Fuente: bonsaimania.com